paso por paso

Esslinger Zeitung

Cada solo una obra de arte
Un nuevo acontecimiento. La actuación de Flamencos en route en el Stuttgarter Theaterhaus de Stuttgart - sin guitarras, sin castañuelas, sin estridencias de taconeos. Empieza esta noche suavemente y a pies descalzos. Una bailaora tantea cuidadosamente por la escena, extiende un pie de la más pura manera clásica y se calza uno de los zapatos flamencos que se balancean colgados del techo. Pie derecho, flamenco ; pie izquierdo, ballet: con belleza y esquizofrenia a partes iguales, va avanzando. Pronto le sigue todo el conjunto con el hándicap diabólico de un "claqueo" a un solo pie y nos aviva el recuerdo del título de la velada: „Paso por paso".
Pasos, tensión, música
Sin el concepto de danza-teatro y sin decorados, la nueva velada de la compañía Flamencos-en route reduce el lenguaje artístico de la danza a lo esencial: pasos, tensión, música. El flamenco es un lenguaje de danza tan exigente como el ballet, con un vocabulario de similar amplitud, refinadas estructuras y virtuosos bailarines. Como éste se construye a partir de muchos pasos únicos y complicados - tal es la doctrina que nos parece comunicar como iniciación la coreografía de conjunto de Brigitta Luisa Merki.
Con „Orpheus" la directora de la compañía, procedente de Baden (Suiza), escenificó en su última actuación un verdadero danza-teatro y ahora muestra flamenco puro con claridad de formas y estructuras - digamos Balanchine en vez de Cranko. A ello obedece la elegante estética blanco-negro del vestuario con sus motivos discretos y la sobriedad de la escena dominada únicamente por la luz atmosférica.
Enmarcado entre dos intervenciones del conjunto, cada uno de los cinco bailarines presenta un gran solo, acompañado alguna de las veces por un colega con el que forma dúo. Juntamente con sus magníficos músicos e intérpretes entremezcla la coreógrafa toda la paleta de color del flamenco y muestra la fascinante capacidad de la danza de suyo fuertemente formalizada para reproducir la personalidad del bailarín: fuerte, orgulloso, estilizado, algo así como en la soleá de Ricardo Moro, cuyos amplios y lentos movimientos se producen bajo tensión trepidante.
Más intelectual, luego, y persistente en Eloy Aguilar, que, orgulloso, lanza una y otra vez hacia arriba sus expresivas manos, un Che Guevara del flamenco con la elegancia de un Apolo. Un sorprendente color instrumental entra en juego en la danza de Raquel Lamadrid: la flauta travesera no pertenece necesariamente a la música del flamenco y acompaña al fluyente, arábigo-misterioso solo en melancólica soledad.
Al folclore regresa con Carmen Iglesias, ligera como una pluma, que reintroduce abanico y castañuelas con tanta moderación como virtuosismo y aumenta la intensidad del baile en una dinámica arrebatadora. Refinados sonidos de percusión del cajón inician el solo de José Moros. En él el virtuosismo es simplemente la expresión radiante de la alegría de vivir. De nuevo no se puede hacer otra cosa que admirar el don de Brigitta Luisa Merki para la dinámica y la estructura de las actuaciones, que a menudo, después de una intensificación vertiginosa se diluyen suavemente en la oscuridad. Cada solo es aquí una obra de arte.

Angela Reinhardt, Esslinger Zeitung, 20.02.2014


Stuttgarter Zeitung

Pasión paso por paso
En el Theaterhaus Flamenncos en route ha presentado la "première" en Alemania de "paso por paso". Brillan fabulosamente como joyas, balanceándose desde el techo. Los zapatos provistos de tacones pertenecen a los utensilios importantes del flamenco, pero el flamenco moderno se las compone también alguna vez sin ellos. Raquel Lamadrid se desliza a pies descalzos sobre la escena del Theaterhaus, donde los instrumentos de percusión como el cajón esperan al siguiente. La bailarina sondea suavemente las posibilidades de los dedos de sus pies y de sus talones, enlaza giros del flamenco con posturas del ballet y saltos para, después de una prueba de zapatos tipo cenicienta, quedarse con un zapato de señora. El resto de la compañía suiza Flamencos en route desfila a pies desnudos: dos mujeres y tres hombres con un solo pie calzado arrancan ahora a la danza española nuevos sonidos "Paso por paso". Así denomina la fundadora de la compañía Brigitta Luisa Merki su nueva coreografía, que tiene aquí su "première "alemana. Señala el trigésimo aniversario de la existencia de la compañía. La gira de Aniversario se inicia en otoño, " y ¡¿qué más?! Esta expresión parece flotar ya sobre la velada. De esta manera ha explorado la suiza las formas de expresión del flamenco que comprenden géneros y cultura, y tematizado lo esencial: el flamenco, sus formas, puro, libre de kitsch, vestido simplemente en blanco-negro, entregado a la interpretación individual del artista de turno. El trabajo de pies, los zapateados, así como los movimientos son, pues, las características emblemáticas de los flamenquistas - ellas y ellos. A los suyos les deja Merki la mucha libertad que les corresponde.
Y lo que de ahí surge paso por paso en un minucioso trabajo de detalle arrebata simplemente. La manera como interpreta Ricardo Moro su soleá no es solamente virtuosismo sino pasión en forma pura. Más retraído, con no menor sensibilidad reclama Eloy Aguilar en los rítmicos pasos de su seguiriya el intercambio con los músicos. Y mientras en su guajira Carmen Iglesias se libra ligera con castañuelas y abanico a su encanto de dama segura de sí misma, José Moro pone en juego en su "Veridales" formas de baile como el jazz o la danza moderna - esta vez en intercambio no sólo con la percusión, la guitarra y el cante sino con la flauta transversal de María Toro. Por todas partes resulta claro de qué se trata en el flamenco : de la comunicación de la danza con la música. Los cantaores (de voz potente: Rocío Soto y Pedro Obregón) reaccionan con cada sonido al movimiento y viceversa. También resulta claro el juego eterno de los sexos: el varón reacciona frente a la mujer, miradas y cuerpos se entrecruzan y el flujo de su corriente ha de concertarse hasta la última fila, lo cual saborean una y otra vez los españoles del público con un "Vale" y un "Olé". Se comprende. Con paso por paso los Flamencos en route demuestran en el año de su aniversario que el misterio de la herencia cultural del mundo del flamenco, tiene tela suficiente para el futuro.

Petra Mostbacher Dix, Stuttgarter Zeitung, 20.02.2014


Berner Zeitung

30 años de camino con Flamencos en route
CIUDAD de BERNA. Con el prólogo "Paso por paso" los Flamencos en route inician su trigésimo año. Anteayer tuvo lugar la "première" de Berna. Una pieza con columna vertebral y personalidad.
Un comienzo fuerte. Un fuerte final. Y entre ellos mucho espacio libre para la personalidad del artista y el amplio espectro del flamenco libre de kitsch. Con mano aparentemente suave la directora y coreógrafa de Flamencos en route, Brigitta Luisa Merki conduce a sus once bailarines, músicos y cantantes «paso por paso» a través del vasto arte del flamenco. Una forma de arte que desde hace cuatro años pertenece a la «herencia cultural inmaterial de la humanidad». «Paso por paso» es un prólogo a la producción del aniversario «...y que más!» con la cual Flamencos en route estarán en camino desde el otoño de 2014.
De vuelta a la forma primigenia.
Quien estuvo en camino treinta años lleva muchas cosas en el equipaje y en el espíritu. Entonces parece casi fácil volver con todos los elementos enriquecedores y con todo el conocimiento del mundo y del arte a la forma primigenia. Es esto justamente lo que hace Merki en su nueva producción: se decide por material de pasos y sonidos transmitido. Esta pureza del arte flamenco en unión con el alto nivel artístico de las tres bailarinas y los dos bailarines causa una impresión mágica. Los diversos "palos" (temas del flamenco) de profundo a ligero subrayan la correspondiente personalidad del intérprete. Merki comprende perfectamente cuál es la adecuada dosificación que debe suministrar para fascinar al espectador: su dramaturgia tensa el arco que va del solo de danza con alta presencia escénica, a través de una actuación estelar de grupo ópticamente encantadora e impresionante, hasta la interpretación de jugueteo erótico hombre-mujer. Aquí aparece la comunicación entre danza y música o entre danza y canto. Con lo que se pueden equiparar unos pies técnicamente perfectos con un instrumento: flamenco como lenguaje universal sin palabras.
Simple, intenso, juguetón
La intensidad y densidad de la pieza, la seriedad del arte y la capacidad de jugueteo de alguna interpretación y además las creaciones simples en blanco-negro del vestuario de Carmen Pérez arrancaron del público del Tojo-Theater gritos de "bravo, bravo" y un aplauso sostenido. Todo ello demuestra que el buen arte habla por sí solo desvinculado de cualquier corriente contemporánea predominante.

Sonja L. Bauer, Berner Zeitung, 14.02.2014


Wynentaler Blatt

La compañía de danza Flamencos en route actuó como invitada con su nueva producción «paso por paso» en el TaB de Reinach. La concentración de público fue enorme y nadie salió defraudado - los bailarines y músicos bajo la dirección de Brigitta Luisa Merki encendieron unos fuegos artificiales en la grandiosa actuación de danza y música maravillosa en la que se mezclaban además mucho sentimiento y expresividad.
La actuación de la compañía de danza Flamencos en Route en el Reinacher Tab provocó una gran afluencia. El lleno afectó hasta la última butaca del hermosísimo pequeño teatro de Argovia, como llamaba Clo Bisaz el TaB. Nadie salió decepcionado, más aún las expectativas se vieron totalmente superadas. Desde el primer minuto el silencio era tal en la sala que no se oía ni una mosca. Los bailarines consiguieron desde el primer momento cautivar completamente al espectador. Fue un auténtico festival de fuegos artificiales el de la fascinante y fuertemente expresiva actuación de danza y música maravillosa que encendió la compañía de danza Flamencos en route. El espectáculo cargado de energía, que se reclama del flamenco de la más probada autenticidad, pero que deja lugar también a ideas nuevas, conmovió profundamente al espectador y difícilmente le dejaba permanecer sentado con tranquilidad. Nada de extrañar, el público se mostraba al final de la representación entusiasmado en su totalidad y estallaron aplausos atronadores y prolongadas ovaciones para bailarines y músicos
Paso por paso
«Paso por paso» tal es el título de la nueva producción de la compañía de danza Flamencos en route que se dedica, tanto en el plano de la danza como en el de la música, a las formas primigenias del flamenco que comporta la fuerza expresiva del artista, pero también muchísima libertad. Los movimientos y sonidos fuertemente expresivos cautivan al público.
Tanto si van acompañados de un tipo de danza ligera, a pies descalzos, como si destacan por una danza enérgica con sonidos rítmicos y el típico cante flamenco, producen en los espectadores una fascinación y una suerte de hechizo.
Desde hace 30 años un nombre
Con «paso por paso» la compañía Flamencos en route entra bailando en su trigésima temporada. Desde 1984 la coreógrafa Brigitta Luisa Merki ha intentado siempre dar al flamenco nuevos impulsos. Una y otra vez el grupo de danza compuesto de dos bailarinas, tres bailarines, un cantaor dos guitarristas, un percusionista y una flautista se pone en marcha hacia lo nuevo, hacia nuevas orillas. « Ponerse en marcha para nunca llegar » es una de las divisas de la compañía de danza. El objetivo lo constituyen producciones contemporáneas de danza y música originales, que provienen del espíritu y de la esencia del flamenco, pero que tienen una irradiación inconfundible. Así es como desde hace tiempo la compañía Flamencos en route se ha labrado un nombre tanto dentro como fuera del país.

hg, Wynentaler Blatt, 11.02.2014


Der Bund

«El flamenco es mucho más»
30 años de Flamencos en route: ¿cómo se explica que la compañía de danza suiza varias veces laureada apenas se halle representada en los festivales contemporáneos? Una entrevista con la directora artística Brigitta Luisa Merki.
Cuando se habla de flamenco el profano piensa enseguida en taconeos, pathos, impetuosos movimientos de brazos,
¿Qué significa para usted el flamenco?
Todos estos aspectos externos nunca me han interesado. El flamenco es una forma compleja de arte que a nivel profesional va continuadamente ligada al espíritu de la época. Junto a un trabajo artesanal de baile exige expresividad y musicalidad.
¿De qué se trata en este arte?
Esencialmente del diálogo entre bailarines y músicos. En tanto que bailaor de flamenco uno es también músico. Uno interviene en la música percusivamente con el material de los pasos, uno participa en la composición musical. La estructura rítmica se ha desarrollado enormemente en los últimos treinta años y se vuelve cada vez más compleja.
¿Significa esto que el flamenco auténtico no existe en absoluto?
No, no. Auténtico significa para mí verdadero y vivo en el espíritu de la época. El arte del flamenco tiene muchas formas y es un catalizador. Recibe la influencia de ritmos africanos y árabes así como de la street-dance. Ya que los ritmos musicales corresponden siempre a ritmos internos la representación de danza experimenta también cambios. Desde 2010 el flamenco pertenece a la herencia cultural inmaterial de la humanidad, que se define justamente a sí misma por su capacidad de adaptarse a cambios constantes
Pero, existe un flamenco kitsch
Fueron los mismos españoles quienes lo inventaron. Durante la dictadura franquista todo lo español se vendía como flamenco. Pero los trajes de volantes y flores provienen propiamente del folclore andaluz. Son queridos y difundidos en las fiestas populares como la Feria de Abril de Sevilla. Allí queda maravillosamente este desborde. Pero esto no tiene nada que ver con el flamenco. Con tales imágenes se olvida a menudo que el flamenco ha crecido en suelos muy pobres.
El comercio y el turismo ¿han acaparado el arte original?
Sí, esto ha dañado hasta hoy su imagen. Susana, la legendaria bailarina bernesa, cofundadora de Flamencos en route, fallecida en 2010, entendió perfectamente cómo lograr la emancipación del flamenco como arte de escena y liberarlo del kitsch. Siguiendo las huellas de Susana, nosotros vamos más allá.
¿De qué manera?
En mis obras coreográficas he trabajado en colaboración con escritores de habla alemana, cantantes clásicos, intérpretes de Nueva Música y del espacio árabe, artistas, ellas y ellos, de artes visuales y en este roce del flamenco con otras artes he explorado nuevas formas de expresión.
Desde hace 30 años su compañía se halla establecida en Baden, ¿su trabajo, se toma en consideración en España?
Sí, en los círculos del flamenco se nos conoce bien. En la prensa especializada han hablado diversas veces de nosotros los críticos llegados desde España para ver aquí mismo nuestro trabajo. Una y otra vez caen sobre mi mesa solicitudes de bailarines españoles que quisieran trabajar con nosotros. En este momento resulta difícil recibir invitaciones para festivales. Las subvenciones culturales son muy escasas en España y existen allí muchos grupos buenos que luchan por sobrevivir.
Su compañía de danza cosecha grandes elogios entre el público y los círculos especializados. Sin embargo, Flamencos en route no están apenas representados en los festivales contemporáneos de Suiza. ¿Cómo es eso?
El flamenco no es considerado lenguaje de danza como el ballet clásico o la danza contemporánea. ¡Para mí esto es inexplicable! La danza es un medio universal de expresión, sólo que nuestra forma de danza se construye con otra gramática. Tanto a nivel artesanal como a nivel artístico ahí está igualmente el flamenco.
¿Cuál es el problema?
Para muchos organizadores la calidad no parece ser relevante. El flamenco no se ajusta al concepto, se dice. Los directores artísticos se remiten la mayor parte de las veces a su perfil contemporáneo. La realidad es la siguiente: Los programas de danza se parecen unos a otros, son unilaterales y reservados a un público reducido. Yo considero esta limitación problemática y no muy contemporánea en espíritu. Los teatros deberían cumplir su encargo para la danza con visión más amplia. El diálogo artístico lejos de tendencias y negocios se ha vuelto difícil.
Flamencos en route han podido, a pesar de todo, labrarse un sólido fundamento. ¿Cómo se ve la situación desde el punto de vista financiero?
Estamos subvencionados por el Kuratorium del cantón de Argovia y de la ciudad de Baden y recibimos aportaciones de apoyo relacionadas con la producción. Los honorarios de los artistas se adaptan a las normas que en Suiza fijan los salarios de los bailarines en la escena libre. Sin embargo, hay que reconocer que en todos estos años la situación en Suiza de los artistas independientes no ha dejado de ser tensa. Los honorarios siguen moviéndose en los niveles de hace 30 años
¿Es por esto que presentan «paso por paso» en el pequeño Tojo de la Reitschule y no en la Dampfszentrale?
No, este programa se presta explícitamente al Tojo ya que puede ser representado en pequeños escenarios. En cambio hace ya años que no podemos representar nuestras grandes coreografías en la Dampfzentrale. La Gessnerallee de Zürich nos está vetada y en el Roxy de Basilea, donde durante años nos habíamos ido ganando un numeroso público nos enfrentamos a una reorganización, según se dice allí.
¿Qué pueden hacer ustedes?
Esperar que se imponga de una vez la idea de que el hombre no es un ser de faceta única y que se deja inspirar por diferentes creaciones artísticas, que la alteridad en el arte estimula el diálogo. Personalmente no puedo hacer nada si no es concentrarme más profundamente en lo esencial de mi trabajo. Soy artista y coreógrafa y llevo, como directora, la responsabilidad de mi compañía de danza. Por ello me concentro en mi tarea principal, que es crear nuevas piezas y hacer todo lo posible para que se puedan representar. Como siempre.

¿Dónde ensayan ustedes?
Desde 1987 nuestra tropa de 12 artistas se aloja en el recinto de una fábrica de Baden. Si no fuera así, no sobreviviríamos. Es un sencillo rincón que me permite actuar creativamente. Mantenemos nuestras super- e infraestructuras personales tan reducidas como es posible. Muchas cosas en administración, técnica, asistencia de la compañía y arte las hemos ido levantando en los últimos 30 años a dos
Sus músicos y bailarines provienen de todo el mundo ¿Dónde viven durante los ensayos?
Vivimos todos juntos en una casa que hemos recibido en alquiler de la ciudad de Baden. Originariamente fue el hogar de los sin techo. Con medios simples miramos de hacer lo más agradable posible a los artistas que acuden a nosotros su estancia en Suiza.
Usted guarda en la cabeza y en el cuerpo las piezas de Flamencos en route. ¿Piensa en alguna ocasión qué sucederá en el futuro con el repertorio y con el grupo?
No, vivo totalmente en el presente. Ahora bien, he de admitir que hubo alguna noche en que un pensamiento sobre el futuro me quitó el sueño.
¿Cuál es la idea que late bajo «paso por paso», su última pieza?
Es un prólogo a la celebración de los 30 años de Flamencos en route. Nos remitimos a la forma primigenia del flamenco, al material de pasos y sonidos que nos ha sido transmitido. «paso por paso». Es además el leitmotiv del tipo de trabajo de Flamencos en route.
¿Y la temporada de celebraciones?
La temporada de celebración del aniversario bajo el título de «¿¡... y qué más!?» comprende diversas producciones. Empezamos en Argovia y luego vamos de gira. Y en 2015 elaboraremos una nueva creación en Ballet am Rhein, en Düsseldorf.

 

Marianne Mühlemann, Der Bund, 07.02.2014


Aargauer Zeitung

Aún cuelgan los relucientes zapatos estéticamente colocados en la pared cuando de la penumbra del escenario surgen los pies desnudos de la bailaora Raquel Lamadrid, explorando el suelo del escenario. Paso a paso, hacia delante y hacia atrás. El pie se amolda al suelo, se despega de él, lo acaricia. Y una vez que sus pies han explorado su territorio, Lamadrid atrapa uno de los zapatos colocados en la pared. Sólo uno, los otros bailarines de la compañía la imitan. «¡Paso por paso!», exclaman, mientras pies desnudos y suelas danzan a un ritmo frenético.

El viernes por la tarde, la compañía, que se va aproximando «paso por paso» a su 30º aniversario, presentó de esta forma tan lúdica y sencilla su nuevo programa en el teatro del Kornhaus de Baden (Thik). A modo de preparación del importante aniversario que celebrarán en 2014, los artistas elaboraron un programa portentosamente sencillo. No un opulento espectáculo como la última vez con «babel. torre viva» en la iglesia del convento de Königsfelden, sino uno que se remite a los orígenes del arte flamenco y para el cual bastaba la pista de baile como escenario y un sencillo vestuario en blanco y negro (obra de Carmen Pérez Mateos). Los «palos», como se denomina a las formas tradicionales del flamenco, fueron presentados por los artistas individualmente, como presentaciones en solitario.

Fogoso inicio

Además de la autenticidad de las formas de danza fue sobre todo el distinto temperamento de cada uno de los bailarines y músicos lo que proporcionó un ritmo singular a la velada. Desde el comienzo, la soleá de Ricardo Moro resultó fogosa, y a sus movimientos les prestó una enorme energía. Su pecho vibraba bajo la camisa. El público deliraba. Una clara contraposición constituían los pasos de su compañero, Eloy Aguilar, suaves y cimbreantes, con su «Siguiriya» (seguidilla), y Carmen Iglesias se escondía juguetona, como una niña, en la variante sudamericana de la «Gualira» (guajira) tras su abanico, tocando las castañuelas.

Y gracias a la unión indisociable en el flamenco de música y danza, los músicos al borde del escenario empujaban al diálogo a los bailarines una y otra vez. La carismática cantante Rocío Soto arrastraba, empujaba y retaba a los bailarines con una voz ronca. Una y otra vez ella y su compañero Pedro Obregón se alejaban del borde del escenario. Pero también los bailarines iban en pos de la música: José Moro flirteaba con la intérprete de flauta traversa, María Toro, que discretamente se mezclaba con las voces tradicionales de la guitarra y la percusión. Tan fascinantes o incluso más resultaban asimismo las secuencias carentes por completo de música: la pareja formada por Raquel Lamadrid y José Moro se desprendía durante breves instantes de los estrictos paradigmas del flamenco, aferrándose a la representación de gestos íntimos.

Y si bien Merki quería resaltar el aspecto elemental del flamenco, la velada consistió en mucho más que eso. Con medios simples se lograron prodigiosas y divertidas reverberaciones, por ejemplo cuando Raquel Lamadrid se introdujo en un gran zapato masculino o cuando Ricardo Moro, en el punto álgido, dejó caer el brazo lánguidamente durante un breve instante. Estos pequeños gestos convirtieron la velada en algo monumental.

Julia Stephan, Aargauer Zeitung, 16.09.2013